La humanidad no deja de sorprenderme: Ahora resulta que para encontrar trabajo necesitas esconder información relevante en tus perfiles digitales (y también en los analógicos).
Si tienes poco tiempo, te invito a ver este resumen de un minuto:
Esconder información académica, la última moda
No sé desde qué país lees este artículo, pero en España está pasando. Personas que eliminan formaciones complementarias tan importantes como un máster o un postgrado universitario. Y lo hacen para no forzar a las empresas a remunerar mejor. Así es, vivo en un país low cost, que penaliza el mérito, la formación y la experiencia (traté este último tema hace dos semana en el post ¿Qué está pasando en España con los séniors?)
Parece que una buena formación se entiende como sobre-cualificación, y eso se castiga. Una lástima. Y la paradoja es que por otro lado, las mismas empresas que contratan exigen formación académica amplia. En pocas palabras y para que nos entendamos, la exigen pero no la pagan. Y por eso, al candidato no le queda otra que esconder información.
Privatizar redes sociales, otra forma de escapar al cazatalentos online
También resulta que muchas personas que buscan trabajo empiezan a esconder información y privatizan sus perfiles en redes sociales para escapar de las fauces de los e-recruiters, nethunters o cazatalentos online.
No desaconsejo tener un perfil privado, sólo faltaría. Pero llegar al extremo de tener Facebook, Twitter, Instagram privados y de no aparecer por Linkedin por miedo a la exposición me parece sinceramente absurdo.
Si tu intención es la de compartir fotos con la familia, hay otras opciones, como crear un tablero privado en Pinterest. Tener perfiles privados equivale para un reclutador a que tenemos algo que esconder. Y eso no es bien percibido, aunque tengamos toda la libertad para hacerlo.
Las redes sociales y profesionales son una ventana al mundo del networking y una oportunidad para explicar qué podemos hacer por los demás (propuesta de valor), de explicar cómo somos (valores) y quién somos (perfil, CV…). No aprovechar eso es volver al siglo pasado.
Evitar a tus superiores o equipo de la empresa, otra forma de esconder información
Otra corriente: también veo que muchas personas no admiten ni invitan a sus jefes o equipo en redes sociales para evitar ser “espiados”.
Casi todas las redes sociales disponen de mecanismos para ocultar determinadas publicaciones a determinadas personas. Hay mucha literatura sobre eso en la red.
¿Tiene algún sentido esconder información para progresar o para no ser descalificado? Estamos en tiempos convulsos, pero también en momentos de fake news en los que la verdad y la autenticidad se agradecen. Está claro que no todo el mundo opina igual.
Yo por mi parte, pienso que todo deja marca, y lo que no hacemos y no mostramos también la deja. Es muy personal, pero a mí me gusta trabajar con personas abiertas, que tengan poco que esconder y que se comporten de forma similar dentro y fuera de la red. Si eres introvertido fuera de la red, no tienes por qué simular no serlo dentro de la red.
¿Y tú, qué opinas?
Stock Photos from Rogistok & Prostock Studio / Shutterstock
Un regalo por suscripción
Me suscribo a este blog y tras confirmar la suscripción vía correo electrónico recibiré inmediatamente la descarga gratuita del ebook “Employee Advocacy: El poder de los embajadores de marca de la casa”.

Convencido de que todo deja marca, ayudo a empresas a conectar mejor con sus stakeholders a través de programas de personal branding (gestión de marca personal) y employee advocacy (programas de embajadores internos de marca).
Socio de Soymimarca e Integra Personal Branding, Brand Director de Omnia Branding, también colaboro con Ponte en Valor, Brandergizers, MoreThanLaw, Noema Consulting y Quifer Consultores.
Participo en diversos programas en IESE, ISDI y EAE, entre otras. Publicitario colegiado, Master en Marketing. Estudiante del grado de Humanidades.
Mi ADN publicitario viene de 20 años en agencias: Tiempo/BBDO, J.W.T., Bassat Ogilvy, Saatchi & Saatchi, Altraforma y TVLowCost entre otras.
Muy interesante, es un debate constante para mi. Más aún en este momento de desempleo. Me pregunto, ¿donde queda el sagrado derecho a la privacidad?, ¿acaso se ha convertido en un lujo?, ¿debemos poseer una identidad digital modélica para poder optar a la oportunidad de demostrar nuestra valía como trabajadores?, ¿el convertirnos en productos, no nos hace igualmente desechables?, ¿de que sirve una visualización modélica sin una titulación o profesionalidad acreditada?. Toda tipo de información es interpretable, ¿cómo puedo estar seguro de que estoy proyectando la imagen que quiere ver mi empleador sin renunciar a mi honestidad y privacidad? Si publicamente me muestro como una persona creativa, ¿no estoy restando a mi perfil profesional de comercial? Y al contrario… En fin, Guillem, dudas que conmoverían al propio Hamlet. Agradecería tus puntos de vista. Saludos.
Hola Manuel. Creo que sería bueno distinguir entre persona y personaje. La persona ya existe, no hay que crearla. El personaje es una ficción creada por una persona. En el texto hablo de considerar Internet como un medio más, ya casi fusionado con el real, y actuar igual, sin máscaras ni fingir lo que no somos. Hay una realidad que es irrefutable: si no comunicas, no te van a encontrar. Ya no basta con ser bueno, hay que ponerlo en valor. Por supuesto tienes derecho a la privacidad, pero si la privacidad nos hace desaparecer de la red, perdemos la oportunidad de ser encontrados por reclutadores, socios,… La mejor visualización es la que te deja ser tú mismo, sin personaje, con tus pros y contras (sí, los contras también). Y piensa que podemos abanderar múltiples competencias; he conocido a muchos comerciales muy creativos: normalmente son los que mejor trabajan y mejores resultados consiguen.
Te envío un saludo y te deseo lo mejor: encontrar trabajo (buen trabajo) es una inversión que requiere tiempo y astucia.