Entiendo a los sociólogos. De hecho, en mi “CV de errores” estaría no haber optado por sociología como carrera universitaria, especialmente sabiendo que dedicaría más de 20 años a la publicidad.
Una de las obsesiones favoritas de este colectivo de sociólogos es la de clasificarnos en grupos de comportamientos o patrones de conducta similares. Resulta que como nací en el 62 soy Baby Bommer, pero mi hermana, que es del 64 ya es Generación X, y supuestamente entre ella y yo debería haber diferencias de calado. Mi hija es Generación Z, y entre medio están los Millennials o Generación Y que ahora están en boca de todos porque por edad están a punto de dirigir los destinos de la humanidad. ¿Contradictorio? No, es la estupidez de los estereotipos.
Tribus, grupos, estereotipos
La idea que hay detrás de clasificarnos es que, en efecto, se observan patrones comunes entre los distintos grupos. Y los hay. A efectos de segmentación publicitaria, un anuncio de un Apple Watch se dirige a los early adopters, a individuos que quieren estar a la última de todo y que además han convertido algunas marcas en fetiche. Mientras que un anuncio de un fondo de inversión en renta fija se dirige a perfiles más conservadores.
Errores al no tener en cuenta la personalidad
Me doy cuenta que muchos de los test o quizz que tratan de clasificarte en una tribu empiezan preguntándote la edad. Trampa. Lo bueno sería saber a qué clase de estereotipo se acerca tu forma de pensar y de actuar, no a tu mera y simple clasificación demográfica.
También te preguntan por tus competencias digitales, cosa que facilita enormemente la segmentación, pero que puede dar errores: mi madre, con 76 y de la Generación silenciosa, no suelta el iPad y gracias a Facebook se mantiene al día de todo, pero conozco a directivos de 45 que rechazan tener un perfil en Linkedin o utilizar Whatsapp.
Un error común también es considerar que todo el mundo está empleado en un empresa sólida y estable. Señores! Vivimos en una economía líquida, casi gaseosa, en la que ahora estoy aquí y mañana allá, en la que podemos trabajar en varios proyectos a la vez para varias empresas sin pertenecer a su plantilla (knowmads).
Otro error es que dan como algo normal que una persona haya escrito un ebook. De acuerdo, las nuevas tecnologías nos lo ponen fácil a todos. ¿Pero cuantas personas se atreven a escribir algo que vaya más allá de su nombre, un mail o un Whastapp?
Los test de mala calidad que solo sirven para captar a ingenuos
Uno de los problemas que trae la revolución digital es la necesidad imperiosa por los grandes titulares, las soluciones fáciles y la necesidad de agradar a todo el mundo con elementos muy virales que se compartan en todas las redes sociales. Y ahí encontramos a menudo test que no han sido testados convenientemente y que solo merecerían aparecer en la prensa amarilla (rosa en España) por la banalidad de sus resultados.
Sí, el estereotipo me mata
El amigo publicitario y storyteller Richard Wakefield no podía haber elegido un nombre mejor para su blog: “el estereotipo me mata”, un site de suscripción recomendada para mejorar nuestra comunicación y la de nuestras marcas. Los estereotipos fueron necesarios y lo siguen siendo en muchos casos, pero no tienen en cuenta algo que defendemos a muerte mortal los personal branders (otra tribu): la singularidad de cada persona, su –permitidme el anglicismo- uniqueness.
Los seis tipos de marca personal
Un autor reputado, orador, y tertuliano llamado Bryan Kramer nos propone un test (un quizz) para saber a cuál de las seis tipologías de marca personal pertenecemos. Como su web no tiene licencia Creative Commons (él se lo pierde) no puedo reproducir ninguna imagen. Ni siquiera voy a poner un link.
Kramer nos clasifica en seis tipos de sujetos según nuestra marca personal:
Altruist
Altruista. Los altruistas son individuos reconocidos por su compromiso de ayudar a los demás. Son personas que no solo trabajan por su propio bienestar sino por el de su comunidad.
Careerist
Trepas. Los trepas o arribistas son personas se centran en su avance profesional por encima de todo lo demás.
Early adopter
Los que están a la última. Se refiere a una subcultura reconocido de individuos progresistas que abrazan la individualidad por encima de todo. Suelen ser los primeros en probar cosas nuevas y compartirlas con los demás.
Boomerang
Polémicos. Se refiere a las personas cuya marca está estrechamente identificada con la controversia.
Connector
Conectores. Son personas que se enorgullecen de su capacidad para unir a la gente. Suelen estar bien conectadas y utilizan sus redes para el networking. Por lo general tienen un perfil creativo, y obtienen la validación y la satisfacción a través de los demás.
Selective
Selectivo. Es una persona que comparte información con personas concretas. Por lo general cura cuidadosamente la información basada en las necesidades e intereses del público al que se dirige. Valoran la exclusividad y es vistas como una persona informadora y generosa.
Resulta que soy altruista
He realizado el test que proponen y resulta que me clasifica como altruista. Pero no estoy de acuerdo. No porque no lo sea, sino porque mi ADN está formado por pequeñas partes de cada una de estas seis tipologías de marca personal.
De la misma manera, soy un late baby boomer, pero tengo comportamientos más cercanos a un millennial en el uso de los medios de comunicación y a un Generación X en la estructura de mis mensajes o en la forma de alimentarme y de relacionarme con mis seres queridos.
Somos más que un estereotipo
Las personas no huimos de los estereotipos, sino que pertenecemos a varios.
Nuestra mente es muy compleja, y según el momento, el estado de ánimo y la persona o grupo que tenemos delante actuamos y nos comportamos de formas diferentes. Con esto no digo que no existan test de calidad, como un buen 360, un DISC… pero en la mayoría de ocasiones contestamos más pensando en lo que creemos nos dará un mejor rating que en lo que de verdad somos.
Porque somos en función de mil circunstancias distintas. Recuerdo que cuando trabajaba en JWT, una agencia de publicidad, me preguntaban si estaría dispuesto a trabajar en el extranjero. Es una pregunta que nunca puede ser dicotómica (de sí o no), ya que quizás me hubiera trasladado sin problemas a Nueva York, Roma o San Francisco pero no a Azerbaiyán.
Ni todos los que votan partidos de derecha son conservadores ni todos los que votan partidos de izquierda son progresistas, y seguro que conocéis a más de una persona que quiere cambiar el mundo pero vota opciones de derecha.
La demoscopia necesita adecuarse a un perfil social más complejo, extraordinario, cambiante, líquido, caprichoso. No perteneces a un “personal Brand” perteneces a todos según el contexto. Obsesionémosnos con trabajar a fondo nuestra singularidad, vigilemos con la estupidez de los estereotipos.
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Convencido de que todo deja marca, ayudo a empresas a conectar mejor con sus stakeholders a través de programas de personal branding (gestión de marca personal) y employee advocacy (programas de embajadores internos de marca).
Socio de Soymimarca e Integra Personal Branding, Brand Director de Omnia Branding, también colaboro con Ponte en Valor, Brandergizers, MoreThanLaw, Noema Consulting y Quifer Consultores.
Participo en diversos programas en IESE, ISDI y EAE, entre otras. Publicitario colegiado, Master en Marketing. Estudiante del grado de Humanidades.
Mi ADN publicitario viene de 20 años en agencias: Tiempo/BBDO, J.W.T., Bassat Ogilvy, Saatchi & Saatchi, Altraforma y TVLowCost entre otras.
Muy bien explicado Guillem. Los seres humanos nos caracterizamos más por nuestra propia personalidad que por alguna clasificación ad hoc externa. Eso no quiere decir que no nos influya nuestro contexto sociocultural, pero en el marco de nuestra propia personalidad, que filtra lo que recibimos de ese contexto. Yo también me identifico con varios de esos perfiles de marca personal. Sin hacer el test. Un test para que sea fiable tiene que tener una validación muy bien hecha.
Abrazo!
Mertxe, parece que hoy es demasiado fácil clasificar, etiquetar, agrupar. Cualquiera con un Excel puede crear un cuestionario-basura que genere estereotipos basados en modelos de conducta que además no son excluyentes. Gracias por tu comentario, amplía y clarifica la idea del post. Un abrazo. Te veo en pocos días!
Cierto Guillem, los estereotipos en la era líquida no tienen sentido. Yo salvaría los arquetipos de Jung, nos ayudan a identificarnos y a plantear estrategias, aunque son más herramientas de storytelling que espejos. Hoy tu espejo eres tú mismo, aunque ya me suena esto a veces a algo hueco y poco transcendental…. Saludos !
Cierto Pablo, y Jung diferenciaba muy bien entre arquetipo (nacido del subconsciente) de estereotipo (creado por colectivos). Somos, como dices, espejos de nosotros mismos, y muy ricos en interpretaciones. Un abrazo y gracias por escribir!
Muy de acuerdo contigo Guillem, bajo mi opinión parece que hoy en día si votas «blanco», ya te etiquetan como «blanco» al 100% sin poder tener ningún matiz, más ahora que se acercan elecciones.
Cada persona es un mundo, clasificar por una etiqueta es como clasificar productos por códigos de barras.
En teoría pertenezco a los millennials, ¿se supone que solo tengo que tener las características que se asocian a esta generación?
Sin duda, el estereotipo me mata, al igual que a la oveja negra.
Es la obsesión de algunos por clusterizarlo todo, Carlos. Gracias por escribir!
Guillem. Hace poco que le sigo, solo unos cuantos meses. Le escribo, porque realmente me siento identificado con lo que dice, en la mayoría de sus publicaciones (todavía no pude leerlas todas). Es verdad que nuestros estereotipos varían según circunstancias y forman parte de nuestra adaptabilidad social. Y mucho más si queremos pertenecer a un grupo en específico. También me identifico con una pizca de cada una de esas seis clasificaciones de Kramer. Y eso que recién comienzo a sembrar semilla en mi marca personal. En lo único que titubeo, son aquellas cosas que no controlo (como a muchos). Y es cuando un HeadHunter, Recruiter o jefe de RRHH, te encasilla en un grupo, tribu o estereotipo, sin interesarse en la personalidad, (he encontrado muchos y muchos lo hacen por la variable edad) o ponerse a pensar que lo que no nos gustaba ayer, hoy nos gusta. O que nuestra adaptabilidad y aprendizaje con la tecnología y RRSS es mucho más que para ampliar nuestro sentido de pertenencia. Y que ellos lo vean como un acto desesperante, para ¨seguir en el mercado¨. Pocos ven o miden nuestras actitudes, y soy de los que piensan que son la base de nuestro aprendizaje de aptitudes. Todo el mundo odia que nos encasillen, pero en definitiva, lo que buscamos siempre es mejorar lo que hacemos para cambiar el puesto en que nos encasillaron. Y hoy la demanda será con perfil más altruista en la era de la sostenibilidad empresarial y mañana será la selectiva en un mundo mucho más 1×1. Da igual,… pero la actitud poco medida hoy día, cambia y mucho lo que somos. O como diría Galeano: ¨Al fin y al cabo, somos lo que hacemos para cambiar lo que somos¨
Un saludo y quiero seguir queriendo seguir siguiéndole.
Muy adecuada la frase de Galeano, Marcos! El problema no son solo los headhunter, somos nosotros mismos y nuestra falta de habilidad para mostrar nuestra valía. Gracias por escribir!
Creo que ahí le has dado, aunque también existe una pizca de ¨suerte en nuestro destino¨ para estar en el lugar y el momento exacto. Pero como nosotros somos responsables de nuestros actos, ergo de sus consecuencias. En definitiva se reduce todo en alimentar en buena forma nuestra marca personal (aunque se tarde lo que se tarde) , para atraer a los clientes y headhunters. Un saludo y gracias por sus consejos.