Sentido, propósito, visión, misión y marca personal. Reseña del libro “El hombre en busca de sentido” de Viktor Frankl
No pretendo descubrir nada nuevo sobre una obra que se editó en 1946 y que es merecidamente uno de los libros de ensayo más vendidos del mundo. Mi intención es tratar de establecer, en la medida de lo posible, algún paralelismo entre EL SENTIDO, el propósito, la visión, la misión y la marca personal.
No es fácil empatizar con alguien que ha pasado por la experiencia terrible de sobrevivir –casi milagrosamente- a varios campos de concentración por su condición de judío. Ponerse en la piel del médico psiquiatra Viktor Frankl (1905-1997) sin haber pasado por Auschwitz no es posible en teoría, pero gracias a su impresionante relato en clave psicológica de la vida en los kampus se puede uno trasladar a los peores años del nazismo y puede tratar de entender las reacciones ante la vida de los presos, de los kapos (nombre de los presos ascendidos que colaboraban con las SS) y de los soldados encargados del día a día de estas instalaciones de la destrucción y la muerte.
El hombre en busca de sentido mezcla una autobiografía, un ensayo psicológico y un anexo teórico sobre la logoterapia, entendida como la ciencia que busca el “logos” (sentido). Es más que recomendable, y la única pregunta que me hago es por qué diablos no lo habría leído yo antes.
SENTIDO
Sería un mal resumen concluir que las personas que han encontrado un sentido a sus vidas soportan mejor el peso de la realidad y de la existencia, por dura que pueda ser. Pero hay algo de eso en la lectura y conclusiones del libro. El sentido de la vida responde, según el doctor Frankl, al “Por qué”. Dicho de otra manera, ¿Por qué estamos aquí?. ¿Es posible vivir la vida sin encontrarle una razón que la sustente?. Muchos de los prisioneros perdían el sentido de la vida al perder a sus seres queridos en la cámara de gas, por el tifus o cualquiera de las mil razones que mataban a las personas.
PROPÓSITO
El propósito, al menos en la orientación que se le da al término en branding personal, respondería más a ¿A dónde?. ¿A dónde queremos llegar? El propósito estaría más en consonancia con un objetivo vital, con un destino, y ahí tiene menor relevancia el sentido. Perder a un ser querido no tendría por qué desdibujar un propósito.
VISIÓN
La visión responde al para qué. Sigue siendo tan largoplacista como el sentido o el propósito, pero aquí introduce lo que los branders llamamos el resumen de la propuesta de valor. ¿En qué he podido ayudar yo a los demás? Para redactar la visión a menudo se recurre a la técnica retrospectiva, consistente en imaginarte tu propio epitafio.
MISIÓN
La misión tiene que ver con el camino y con las provisiones que utilizaremos en la travesía. El poeta griego Konstandinos Kavafis hablaba que el sentido de la vida no estaba marcado por el nacimiento y la muerte sino por el camino, por la travesía (en términos náuticos su poema “Viaje a Itaca” habla de que lo importante no es llegar a la Isla –el destino- sino adquirir experiencias y conocimientos durante la travesía). La misión respondería entonces al cómo, a nuestros valores, habilidades y a la forma en que las llevamos a cabo en el día a día.
Volviendo al libro de Frankl, quizás el mejor resumen está en este párrafo que facilito en su forma literal:
Cuando se acepta a la persona como un ser irrepetible, insustituible, entonces surge en toda su transcendencia la responsabilidad que el hombre asume ante el sentido de su existencia. Un hombre consciente de su responsabilidad ante otro ser humano que lo aguarda con todo su corazón, o ante una obra inconclusa, jamás podrá tirar su vida por la borda. Conoce el por qué de su existencia y será capaz de soportar cualquier cómo.
Rozaría la perfección que los que nos dedicamos profesionalmente al personal branding pudiéramos ayudar a dar respuesta a estas cuatro preguntas a nuestros clientes: ¿por qué? ¿a dónde? ¿para qué? y ¿cómo?. Al menos lo intentamos, en eso doy fe. Cuando se consigue, nos encontramos potencialmente ante un ser irrepetible, único, de base sólida, transcendente y responsable.
Gracias Dr. Frankl por haber dado sentido a tantas vidas.
Foto: brainpickings.org

Convencido de que todo deja marca, ayudo a empresas a conectar mejor con sus stakeholders a través de programas de personal branding (gestión de marca personal) y employee advocacy (programas de embajadores internos de marca).
Socio de Soymimarca e Integra Personal Branding, Brand Director de Omnia Branding, también colaboro con Ponte en Valor, Brandergizers, MoreThanLaw, Noema Consulting y Quifer Consultores.
Participo en diversos programas en IESE, ISDI y EAE, entre otras. Publicitario colegiado, Master en Marketing. Estudiante del grado de Humanidades.
Mi ADN publicitario viene de 20 años en agencias: Tiempo/BBDO, J.W.T., Bassat Ogilvy, Saatchi & Saatchi, Altraforma y TVLowCost entre otras.
Apreciado Guillem, hace 20 años una de las personas que más he admirado en la vida me regaló el libro de Frankl. Desde entonces se convirtió en uno de mis libros de cabecera, al que vuelvo cada cierto tiempo para releer y resituar(me). Te felicito por tu post resaltando aquellos puntos que son los que realmente hace de este texto uno de los que más ha marcado tantas vidas, como tú mismo dices. Gracias por compartir, por trabajar y recordar aquello que da sentido a nuestra vida y nos hace únicos.
Apreciada Lola, al ver tu comentario he ido a buscar de nuevo el libro porque recuerdo que en la contraportada todavía estaba la etiqueta con el precio: 12,90€. ¿Qué te parece? Una lección de vida que se puede convertir en libro de cabecera de nuestra existencia por 12,90… ¿Hay mejor inversión? Un saludo y gracias por escribir!
Guillem
Apreciado Sr. Recolons, aunque soy profana en esto de la marca personal, su reseña me ha hecho entender la idea central de que todas las personas necesitamos una brújula en forma de preguntas que nos ayuden a fijar un destino, un camino y, como dice Frankl, un por qué (el sentido). Le felicito por la reseña, una de las más originales que he podido leer de uno de los clásicos de la psicología existencialista.
Mi idea acerca de la marca personal estaba más cerca de lo banal, de algo más relacionado con la imagen o con la reputación. Veo que me equivocaba y me alegro de saber que está más cerca de una «gestión de vida». Saludos cordiales,
Eva Abadal
Hola Eva, no sé si «gestión de vida» suena muy alto. Pero en cualquier caso lo que es seguro es que la marca personal no consiste en estar en las redes sociales. Ese puede ser uno de los pasos que se den en la visibilidad de una marca, pero no forman parte de su esencia.
Mil gracias por escribir!
Hola Guillem,
¡Excelente artículo! Para los profesionales que trabajamos bajo el concepto de marca personal, tenemos el deber de transmitir que la parte mas importante y fundamental de un proceso de personal branding debe empezar por una profunda introspección. Si además, el profesional se implica en este proceso de introspección, prácticamente «terapéutico», debe trabajar muy bien sus competencias en este sentido. Sino, puede causar verdaderos destrozos.
¡Un saludo!
Gracias Francesc! Como adviertes, las intromisiones -casi inevitables- de personajes autollamados «expertos» que únicamente trabajan la marca personal desde las redes sociales hacen daño, no hay duda. Afortunadamente, al final los clientes saben separar el grano de la paja, pero de vez en cuando está bien que algunos recordemos la necesidad de profundizar en el ser antes de lanzarse a trabajar ninguna estrategia de marca personal. Me alegra saber que nuestra profesión se enriquece con profesionales que saben dónde están los cimientos de la marca. Un saludo!