Elecciones presidenciales, el primer martes de noviembre de cada cuatro años. Así lo dice la Constitución de los Estados Unidos. Ese día, en teoría, se pone punto final a la gran lección de comunicación de cada uno de los partidos en contienda: los azules contra los rojos, los elefantes contra los burros, los republicanos contra los demócratas.
Pero este año no ha sido así. Los electores no lo han querido así. Y lo que tenía que ser una marea azul según los pronósticos se ha convertido en una de las batallas más reñidas de la historia política. Con final feliz para Biden / Harris, eso sí.
Si tienes poco tiempo, te lo resumo en un minuto:
Lección de comunicación, de acuerdo, pero ¿buena o mala?
Sería simplificar mucho decir que los azules lo han hecho bien y los rojos lo han hecho mal. Pienso que ha habido aciertos y errores por ambos bandos y que lo que se ha librado es una gran batalla por el mejor relato.
En la parte de los elefantes rojos, la experiencia empresarial y de showman televisivo de Trump, la idea del complot con el virus chino, el proteccionismo, el negacionismo de la pandemia y algo a lo que pudo dar la vuelta: su propio contagio del Covid. He llegado a pensar si su contagio fue un show ideado para quitarle hierro al virus y crear un súper-hombre.
En la parte de los asnos azules, la experiencia como vicepresidente de Biden, su templanza, su paciencia, y el hecho de dejar que Trump se ahogara con su propias mentiras, sin levantar la voz. El apoyo, algo tardío, de Obama. Su respeto al virus y su crítica a la gestión de la pandemia. En la parte negativa, el concepto de «Marea azul» podría haber tenido algún efecto contrario al esperado: alentar mayor voto republicano y relajar la participación demócrata.
Cierto, al final ha ganado Biden, pero no por una «marea», no olvidemos los 70 millones de votos a Trump, el mayor apoyo republicano de ha historia. Dar las elecciones por ganadas de antemano basándose únicamente en la demoscopia es algo que los futuros candidatos deberán sopesar.
Cuando los medios denuncian la manipulación, ¿también manipulan?
Otra lección de comunicación nos la dejan los medios, que claramente han tomado partido por uno u otro candidato. La Fox y el grupo de medios pro-conservadores, haciendo de altavoz de Trump. La CNN, New York Times y el grupo de medios pro-demócratas, más que apoyar a Biden, han denunciado las mentiras de Trump, incluso cuantificándolas (23 al día)

Hasta existe una página en Wikipedia, bien referenciada, que hace un seguimiento de aformaciones falsas de Trump.
Dicho esto, me sorprendió que algunos canales de TV cortaran la emisión en directo de Trump cuando este anunciaba fraude electoral por parte de los demócratas. Eso, a mi juicio, es censura. Si alguien quiere mentir en público, mejor que lo haga y se ahogue así dentro de su propio barro. El caso de Twitter es distinto: esta red social sencillamente advertía que el contenido del tweet de Trump no estaba verificado.
Dime dónde te informas y te diré a quién votas, y cómo eres
En esta sociedad polarizada, nos informamos leyendo aquellos medios que dicen la verdad que queremos escuchar. Es difícil que alguien de derechas lea un medio de izquierdas para completar su perspectiva. Y viceversa. No se trata de empatizar, sino de tener una visión más amplia.
Esto provoca un sinstentido en forma de bucle: estarás en total desacuerdo con cualquier cosa que haga o diga el político que esté en tus antípodas ideológicas, aunque sea algo razonable. Y estarás de acuerdo y apoyarás cualquier cosa que diga el político de tu espectro, aunque sea una majadería. Eso es la polarización. Y es grave. Divide al mundo dos bandos y fuerza a posiciones extremas. Y todo, todo, es culpa de la mala gestión de la comunicación.
Adiós a la maldición de Ohio
Estas elecciones también han roto la profecía de que quien ganaba en Ohio ganaba las elecciones. Biden perdió en Ohio, y ha ganado las elecciones.
Si eres una persona curiosa de la música, igual recuerdas la canción “Ohio” de Crosby, Stills, Nash & Young”. En abril de 1970, Nixon anunció que el Ejército se preparaba para invadir Camboya, aún en plena Guerra de Vietnam.
Los jóvenes estadounidenses, cansados, salieron a las calles en señal de protesta.
Y en Ohio, a Nixon se le fue de las manos. En la Universidad Estatal de Kent, la Guardia Nacional disparó a discreción contra 2.000 jóvenes. Resultado: 9 heridos (uno de ellos con parálisis permanente) y 4 jóvenes muertos.
¿Debemos tomar partido?
No está prohibido expresar opiniones políticas. El compromiso es un valor, si me apuras una fortaleza. Deberíamos poder expresarnos, y no solo para maldecir lo que pensamos que se hace mal, también para agradecer lo que pensamos que se hace bien.
El problema es la polarización, y el bucle. Si tú dices algo que pueda herir mis creencias, quizás yo no quiera trabajar contigo. Y al revés. Es difícil hablar de política sin “mojarse”, al final lo único que quieren saber de ti es cuál es tu etiqueta. Y no importa que tengas una mirada amplia, perspectiva, o trates de entender las razones de unos y otros.
Por otro lado, el humor, como comenté en su día, no siempre casa bien con la política. Siempre habrá quien se ofenda.
Se acerca un invierno difícil para Trump
No quiero quitar méritos a Trump: ha sido el candidato republicano más votado de la historia. Lo que no contaba es con enfrentarse al candidato demócrata que ha obtenido el récord de votos de los EE.UU. La credibilidad de Trump no es su único problema. Al perder su inmunidad como presidente, se le abren causas por impago de impuestos -entre otras muchas cosas- en sus empresas.
Una imagen y un hashtag que están dando la vuelta al mundo: #trumpexit pic.twitter.com/3ZTkHnubVM
— OscarDS (@OscarDS) November 7, 2020
Aceptar la derrota será difícil para Trump. Tal vez deba visionar varias veces uno de los mejores discursos de concesión de la historia. El del ya desaparecido John McCain.
Winter is coming, Mr. Trump, and you are fired. Feliz semana!
Stock Photos from Devi Bones / Shutterstock

Convencido de que todo deja marca, ayudo a empresas a conectar mejor con sus stakeholders a través de programas de personal branding (gestión de marca personal) y employee advocacy (programas de embajadores internos de marca).
Socio de Soymimarca e Integra Personal Branding, Brand Director de Omnia Branding, también colaboro con Ponte en Valor, Brandergizers, MoreThanLaw, Noema Consulting y Quifer Consultores.
Participo en diversos programas en IESE, ISDI y EAE, entre otras. Publicitario colegiado, Master en Marketing. Estudiante del grado de Humanidades.
Mi ADN publicitario viene de 20 años en agencias: Tiempo/BBDO, J.W.T., Bassat Ogilvy, Saatchi & Saatchi, Altraforma y TVLowCost entre otras.
A día de hoy, todavía no se sabe quien ha ganado. Eso es un hecho. Y que los medios digan quien ha ganado, sin esperar al resultado final, es nuevamente un gran error por parte de los #massmierda que nuevamente dejan a la vista de todos la poca seriedad y la carga de sensacionalismo a la que favorecen. Además, no pueden ser quienes den la victoria a un candidato u otro, deberían ser las urnas ¿no?
Entre unos y otros lo que dejan claro es que la clase política debería de desparecer ya, por corrupta principalmente. Es imposible mejorar la marca personal de la clase política y de los medios de comunicación. Su base no está a favor de la evolución y prosperidad de las personas.
Desde luego me ha gustado mucho la reflexión que has hecho acerca de tener una visión más amplia, nutrirse de fuentes de ambos bandos para completar la perspectiva. Algo que para nosotros es más fácil porque no se trata de nuestras elecciones.
Hay que seguir esperando antes de pronunciar el candidato ganador. Las dos opciones no son demasiado buenas y la paciencia es un valor intangible y un error no ponerlo en práctica entre adultos, medios, empresas y marcas personales ?
Hola Mireya, tienes razón en la precipitación de unos y otros por poner un ganador antes del recuento total. La economía de la atención apremia, y el primero en anunciar lo que sea parece llevarse un premio especial. Si algo tenemos claro es que la victoria no deberían darla ni los medios ni los tribunales, sino los votos, las urnas. Gracias por escribir!!!
Excelente tu mirada de la polarización entre los buenos y los malos, los rojos y azules… esto lo único que hace es dividir en un mundo que necesita unión. Un abrazo!
Mil gracias Elizabeth! Este mundo necesita de empatía, de contexto, para que todos entendamos -aunque no compartamos- las posiciones de los demás. Gracias por escribir!
Coincido plenamente con Mireya, Guillem. En este caso, aun cuando algunos medios estaban desesperados por anunciar «su» ganador y cortar toda voz que la contradijera o pusiera en sospecha (aunque fuese el mismo Trump, y no soy trumpista), el resto de los mortales leídos y con sentido crítico (y te tengo por tal) estábamos obligados a la mesura, a la equidistancia y a esperar al 100% de lo escrutado y el pronunciamiento judicial, si fuera el caso.
Con respecto a lo de posicionarse o no, cada quien es libre de hacerlo. En mi caso, me considero política pero apartidista, no creo en ningún partido político de ningún lugar del mundo. Soy política como ciudadana comprometida y con estudios de postgrado sobre gobernabilidad. Creo en la sociedad civil formada e informada (sobre eso iba mi tesis doctoral). Y el gran problema que veo es la gran polarización del debate político, de las decisiones, de las etiquetas. Y lo que es peor: la carga moral de buenos (si piensa como yo) y malos (si es del otro bando). ¿Quién en su sano juicio se atreve a opinar de forma medianamente sensata si se expone a las hordas de unos u otros? A los insultos, las descalificaciones…
Y fuentes donde informarse sin manipulaciones o sectarismos, no es ya que escasean, es que hay que escarbar a ver si uno consigue a un medio o periodista que no se deje llevar por su ideología o intereses. La objetividad y la veracidad son bienes en extinción… :(
Yo creo que nadie vota al partido ideal, sino a las siglas en que puede identificar a algún político de confianza, una pequeña utopía, pero a algo hay que aferrarse. Con respecto a la campaña Trump/Biden, estoy de acuerdo que algunos mass media han entrado en un juego peligroso de censura y de precipitación. Veremos cómo acaba todo esto. Gracias por escribir, Francis!
Hola Guilllem,
Cuando leo tus post siempre con libreta y bolígrafo pues no me dejas indiferente. El post al que nos referimos hoy ha sido noticia mundial durante muchos días para todos y como bien dices gran lección de comunicación. No había oído lo de los elefantes rojos vs asnos azules ¿por qué se identifican con esos animales? De acuerdo estoy en que la polarización es grave y un detalle que divide ¡no une! porque fuerza a crear extremismos y eso sí que no es bueno, verdad? Lo bueno es poder crear una conversión inspiración entre personas que inspire y fortalezca relaciones aún con posiciones encontradas.
De acuerdo en que el compromiso es un valor y para mi también una fortaleza ¡de hecho la tengo en mi DAFO PERSONAL, orgullosa estoy de ella dicho sea de paso ;))!
Dices que el humor no casa bien en política porque siempre habrá quién se ofenda ¡ de acuerdo ! y añado que el humor tampoco casa en tiempos de crisis pues hay que ser muy bueno para aplicarlo y que no se ofenda nadie. Recuerdo respecto a tu post sobre el humor, lo que te envién sobre Zoom, Zoom, Zoom! el ingenioso o ingeniosa que lo compartió es bueno porque impulsa a la responsabilidad de todos por el covid, no?
En definitiva, y finalizando mi comentario .. ya he comentado que Trump no acepta la derrota y como bien dices debería ver el discurso de John McCain del que resalto las palabras: felicitar, amor por el pais, perseverancia, respeto, sentimiento, orgullo y conscientes; para mi detalles fundamentales en toda relación que tenemos para éxito.
Un abrazo,
Mirka
Hola Mirka! Hay un excelente libro de branding político, «No pienses en un elefante» https://www.casadellibro.com/libro-no-pienses-en-un-elefante-lenguaje-y-debate-politico/9788474918137/1135068, de George Lakoff, que explica la importancia de los marcos (frames) en el análisis del relato político. Muy potente. Los dos partidos en USA tienen sus símbolos y colores, que contrastan con Europa, ahí el rojo es conservador y el azul es progresista, y el elefante y el asno respectivamente son las mascotas históricas de estos movimientos. Un abrazo y gracias por comentar!