Es una pregunta fácil de contestar. Sí. Pero como no me creerás, te cuento algunas historias para demostrártelo.
Hace poco, mis amigos de Integra Personal Branding han lanzado el segundo número de The Personal Branding Magazine. Si el primer número, dedicado a la inteligencia artificial, era un “must”, este segundo es media biblia del personal branding (que no se ofenda nadie).
Está dedicado a algo que ahora no está de moda, la disrupción, a la que también podemos llamar la divergencia, ruptura, desintegracción, interferencia, distorsión, alteración, trastorno, vamos, la base de la creatividad. Elige la que quieras, pero es un elemento clave en comunicación.
Aquí tienes un vídeoresumen de un minuto:
Aquí lo puedes escuchar en el episodio 141 del pódcast Todo deja Marca en iVoox, Apple Podcast, Spotify o Google Podcast.
La entrevista disruptiva
Lo primero que hay que hacer antes de leer esta segunda edición es ver en YouTube la entrevista completa que Gabriel Patrizzi, disruptor, hace a Roberto Arancibia, disruptor. Todo queda en Chile, pero la entrevista es un manantial de creatividad y buena onda.
Los autores
Además de la entrevista entre Gabriel y Roberto, participan en esta segunda edición, por orden de aparición, ese tipo, ¿cuál es su nombre? Ah, sí, Guillem Recolons, con el tema del que hablo hoy aquí, lo negativo funciona.
Luego la Doctora Mar Castro nos da 10 consejos impagables sobre marca disruptiva, basándose en la netiqueta, un concepto muy desarrollado por ella.
Le sigue una doble página de Roberto Arancibia, “Marca Personal, más personal que nunca”, que si no has podido ver aun la entrevista, esto es un buen esquema, la joya de la corona.
Robert J. Samaniego, en “Historias con marca” trata sobre cómo Barbie y Ken, con historias y perfiles distintos, transformaron sus Marcas Personales a través del autoconocimiento y autenticidad, rompiendo paradigmas tradicionales para conectar con éxito.
Le sigue Gabriel Patrizzi con “Del privilegio a la igualdad, ahora, estar no es conectar”, donde nos dice que en la era de la hiperconexión, destacar requiere entender las necesidades de tu audiencia, cómo presentarte y conectarte con ellos. La exposición no garantiza ventas, depende de la relevancia y afinidad con tu público.
Gustavo Pagano nos dice que en un entorno empresarial disruptivo, la marca personal de los colaboradores es crítica.
Ylse Roa trata un mundo de dicotomías, en que ser disruptivo es clave, en que tú puedes elegir entre ser pasivo o líder en la era digital. Un artículo para abrir la mente.
Javi Layunta explica la historia de Jason, que afrontó la presión de conformarse en un entorno uniforme, pero fue fiel a su diferencia. Y concluye que ser disruptivo requiere propósito y valentía, evitando seguir modas sin sentido.
Desde Mozambique, Lizete Mangueleze sostiene que la disrupción, vista desde una perspectiva antropológica, es inherente a la humanidad y fomenta la adaptabilidad y evolución.
Nohelis Ruiz A. propone un networking «FIGITAL» que abarque lo físico y digital para mantener la autenticidad y contrarrestar la influencia de los algoritmos.
Cèlia Hil nos habla de LinkedIn como fundamental para el talento sénior, ofreciendo una plataforma para desarrollar su marca personal y mantenerse actualizado en un mundo digitalizado.
De nuevo, Gabriel Patrizzi destaca la figura de Roberto Arancibia, publicista y filósofo, que combina su experiencia en publicidad y corporativo para ser un consultor y conferencista especializado en Personal Branding. Su enfoque es la autenticidad y la humanidad en la marca personal, desafiando la uniformidad en las redes. Aconseja a los jóvenes profesionales que se mantengan curiosos y genuinos para destacar en un mundo digital en constante cambio.
Daniela Viek explica su historia de 20 años en Personal Branding, donde ha creado 5 marcas y negocios de éxito, incluyendo tecnología, corporativo, educación, franquicias y eventos internacionales. Su foco es dejar un legado y ser disruptiva en el sector.
Jane del Tronco nos recuerda que el feedback es esencial en el Personal Branding, ya que ayuda a definir objetivos, autenticidad y visibilidad. Debes preguntar sobre tus habilidades, competencias, diferenciación y mensaje clave para una marca coherente.
Raúl González Romero explica que la comunicación efectiva y la voz potente son esenciales para fortalecer la marca personal y la reputación profesional, puesto que influye en el liderazgo, la empatía y la autenticidad.
Vladimir Estrada afirma que, en un entorno competitivo, destacar y diferenciarse es esencial para el éxito. La marca personal debe evolucionar hacia la disrupción para sobresalir. Y nos regala un decálogo de estrategias disruptivas que no te puedes perder.
Fabiola Melchor nos acerca a la disrupción tratando las plataformas de videos cortos como Bilibili, interesantes en el personal branding.
De nuevo, Vladimir explica que la universidad necesita ser disruptiva y adaptarse a un entorno en constante cambio, evolucionando desde el modelo tradicional hacia un enfoque más orientado al aprendizaje autónomo y la tecnología, lo que la convertirá en una marca académica relevante y transformadora.
Alan Urbina escribe sobre Gerard Piqué, un deportista de élite, que ejemplifica cómo los deportistas modernos combinan habilidades deportivas con emprendimiento e innovación. Su enfoque en la educación, diversificación empresarial y visión estratégica demuestra una evolución en la gestión de carreras deportivas.
Carlos Estrada cuenta que la información visual facilita la comprensión y la elección, agilizando los procesos y siendo esencial tanto en la compra de productos como en la contratación de talento empresarial.
Francis García Cedeño sostiene que ser disruptivo en la comunicación implica desafiar lo convencional, ser auténtico y claro. No se trata de ser grosero o egocéntrico, sino de comunicarse con honestidad y valentía, construyendo conexiones genuinas con la audiencia.
Y Nancy Vázquez cierra la revista explicando la historia real de Claudia Castillo, una odontóloga apasionada por el diseño de interiores, que se reinventó y, a través de una estrategia disruptiva y autoconocimiento, cambió con éxito su carrera y se convirtió en interiorista.
Volvamos a lo negativo
¿Has oído hablar de la psicología inversa? Se trata de una técnica que consiste en intentar influir a una persona pidiéndole que haga lo contrario a lo que se procura obtener.
¡No abras esa puerta! Y tú, ¿qué harás en cuanto nadie te observe?… sí, abrirla. La curiosidad mató al gato, pero a los humanos “nos tiene loquitos”.
En comunicación hay que usar esta técnica con cuidado, no siempre es efectiva. Es posible que si le pides a un niño que no estudie, legitime su actitud de no estudiar.
Aquí tienes el artículo que publiqué en la segunda edición de The Personal Branding Magazine:
Desconfía de los «enteraos». Lo negativo funciona
El mundo se ha llenado de positivistas utópicos y misterwonderfulistas. Se trata falsos expertos en lenguaje no verbal, neuromarketinianos sin título y falsos coaches que proclaman a los cuatro vientos las palabras que debemos evitar. Nos dicen que palabras como «pero», «ni», «no», «aunque», «contra» están prohibidas, que no debemos utilizarlas.
La inteligencia divirtiéndose
Hoy hablamos de disrupción, y precisamente, la creatividad es no seguir las reglas que nos quieran marcar personas sin mayor base que su propia estupidez. Me gusta la definición que dio Einstein «Creatividad es la inteligencia divirtiéndose». Cuando la inteligencia se divierte es cuando prescinde de la lógica, cuando busca la divergencia en vez de la convergencia.
Un caso real
Te explico una anécdota del editor de mi libro «Si no aportas, no importas», Fernando Rasche, el día de la firma de un contrato que jamás debí firmar.
Estábamos en su oficina de Madrid, un despacho de abogados de esos rancios, con miles de libros enormes que nadie jamás ha leído ni leerá. Se miró el manuscrito del libro, ya escrito, y me dijo, con voz grave: «Tenemos que cambiar el título. Es negativo. Y lo negativo no vende». Silencio sepulcral. No me lo podía creer. Dios sabe lo que me costó encontrar ese título, fue una prueba dura de disrupción. Pero además, no era la firma de un libro no escrito todavía, era la firma del contrato de un libro acabado. Más de cinco años de trabajo.
Todos tenemos un pasado
Respiré profundamente. Recordé mi origen y mi carrera de publicitario, donde las mejores campañas fueron las que desafiaron lo establecido, incluso en negativo. «Muérete de gusto», una campaña de RCP para el anís Ricard. «No me compres, no me leas», la campaña premiadísima y superventas del lanzamiento del diario «The independent», de Lowe London. Y cómo no, las grandes campañas «United Colors of Benetton» firmadas por creativo y fotógrafo Oliviero Toscani durante los 90, desafiando todos los códigos: Sacerdotes besando a monjas, preservativos de colores, un padre abrazando a un hijo que muere a causa del SIDA, tres fotografías de corazones idénticos, uno de un blanco, otro de un negro, otro de un asiático.
La genial campaña de los hermanos Saatchi que logró la elección de Margaret Thatcher «Labour isn’t working»…
Psicología inversa
Le dije a Fernando: Lo negativo vende. Lo llaman psicología inversa. Dime que no haga algo, y aumentará mi deseo de hacerlo. ¿Por qué crees que los periódicos se venden?, ¿por poner titulares positivos?
No transigía. Me propuso titular el libro «Si aportas, importas». Le dije que ese no era un título provocativo, era una obviedad lamentable. Al final, negociamos. En portada, «Si no aportas, no importas». En contraportada, «Si aportas, importas».
A la mierda el status quo
La disrupción implica abrir la mente, desafiar los códigos, aceptar que lo blanco es negro, aceptar que hoy, sin provocación, no hay atención. Trabajé durante 5 años en Saatchi & Saatchi Advertising; allí está escrito “el progreso llega por la insatisfacción con el status quo”.
Y aceptar que lo negativo, el «no», «nunca», «jamás», «mierda», son palabras maravillosas, son las que nos hacen pensar. Las que nunca utilizarán los “enteraos”, la gente gris.
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Convencido de que todo deja marca, ayudo a empresas a conectar mejor con sus stakeholders a través de programas de personal branding (gestión de marca personal) y employee advocacy (programas de embajadores internos de marca).
Socio de Soymimarca e Integra Personal Branding, Brand Director de Omnia Branding, también colaboro con Ponte en Valor, Brandergizers, MoreThanLaw, Noema Consulting y Quifer Consultores.
Participo en diversos programas en IESE, ISDI y EAE, entre otras. Publicitario colegiado, Master en Marketing. Estudiante del grado de Humanidades.
Mi ADN publicitario viene de 20 años en agencias: Tiempo/BBDO, J.W.T., Bassat Ogilvy, Saatchi & Saatchi, Altraforma y TVLowCost entre otras.
Te leo: La disrupción implica abrir la mente.
Imagina, yo planteo siempre que debemos actuar con mentalidad disruptiva. Si me uno a tu frase significa que una mente abierta es, per se, disruptiva. Nos queda internalizar eso como concepto, como actitud de vida, y definirnos como interruptores, no para crear caos o desorden, sino al revés, para encontrar nuevas formas, nuevos caminos, para poder diferenciarnos de una manera auténtica y convertirnos en protagonistas del cambio. En el proceso de Personal Branding es la única manera. Una nueva dimensión, más humana, más real y más efectiva.
Así vamos. Disrupción o nada.
Me adhiero a tu lema, Roberto: Disrupción o nada. Y muy de acuerdo, en redes sociales estamos viendo ya la clonación directa de perfiles. Por lo peor no es eso: fuera de las redes, también.
Disrupción o nada, disrupción o «1984».
Un abrazo,
Guillem
Nítido como siempre mi querido Guillem.