Hoy comienza un grupo de colaboraciones de blogueros invitados, y lo hago a lo grande, empezando con el Doctor y Profesor Vladimir Estrada, cubano habanero, trovador, excelente profesional y gran amigo. Vladimir trata hoy y aquí de un binomio indisociable: Marca Personal y Valor.
Si tienes poco tiempo, te lo resumo en este vídeo:
A modo de introducción
Amigo lector:
Soy Vladimir Estrada, profesor, investigador y consultor sobre marca personal y otros varios temas a los cuales ella atraviesa. Y aquí me tienes una vez más, saludándote con todo aprecio y dando gracias a Dios por la oportunidad que hoy me brinda mi querido amigo y excelente colega, el Maestro Guillem Recolons, para incursionar como blogger invitado en su prestigioso hogar digital; esta vez en una coyuntura complicada para él en términos de salud, pero que no lo (nos) detendrá en el empeño de seguir contribuyendo. Esta colaboración que inicia hoy y me honra comenzar, la cual incluirá a un grupo de excelentes colegas y amigos (#ColaborandoConGuillem), es parte de ello.
Y como siempre procuro hacerlo, pero especialmente considerando la altura intelectual, el prestigio profesional, la calidad humana y la potente marca que es y deja mi anfitrión de hoy (quien además, ha sido y es desde que nos conocemos un especial y muy distinguido amigo para este servidor), haré cuanto me sea posible por aportar en esta entrega todo el valor que pueda; sobre todo, entrando por vez primera como autor a un espacio que tanto sigo, valoro, admiro y respeto (¡y en el que siempre aprendo!), por la enorme calidad de los variados contenidos que en él nos son propuestos sistemáticamente. Una calidad concebida y expresada en forma de valor inmediatamente aplicable a nuestros procesos de personal branding, y también a otros varios, como seguramente has podido constatar si eres lector habitual de este blog. Y si no lo eres (¡pecado capital!), pues yo te invito, casi te conmino a serlo a partir de hoy mismo: ¡me lo agradecerás!
Como es habitual desde 2020, mi propuesta de hoy inicia con un mensaje de solidaridad con quienes han sufrido de cualquier modo los efectos de la terrible pandemia que nos ha golpeado a todos en el mundo; especialmente, con aquellas personas que han perdido a algún ser querido. Como cada día desde que esto inició, y ahora en calidad de sobreviviente, elevo una oración por ellos, porque puedan recuperarse y seguir adelante.
Dicho esto desde el alma, entremos al tema de este trabajo.
Guillem es, con diferencia, el experto que más admiro en la temática de la que hoy te escribo (la conexión entre marca personal y valor), y en otras varias; si deseas ampliar al respecto, te invito a leer más tarde la entrevista bidireccional transoceánica que ambos compartimos en diciembre del año 2018, también mi reciente post/regalo de cumpleaños para él, así como su balance personal del propio 2018, y los correspondientes a 2016, 2017, 2019, 2020 y 2021. Lo he citado con gran reiteración, y he aprendido mucho de todas sus propuestas temáticas; entre ellas, las relativas al tema del aporte de valor como requisito clave para el posicionamiento positivo de una marca personal, y sobre la propuesta de valor en particular, como el modelo para la concepción, diseño y ofrecimiento al entorno de la promesa de aporte de valor. Me enfoco solo en estos dos, porque de ellos te hablaré en otros momentos de este artículo.
Te doy la más cordial bienvenida a mi primera incursión como blogger invitado en los predios blogueros de mi querido amigo Guillem Recolons. Gracias por ser, por estar, y por acompañarme aquí, hoy como siempre.
Marca personal en Wikipedia
Comienzo este acápite con una broma explícita y de muy mal gusto -lo confieso- para mi anfitrión de hoy, consistente en la cita del concepto marca personal que hasta agosto del año 2018 estuvo publicada en Wikipedia: «La marca personal, en inglés personal branding, es un concepto de desarrollo personal consistente en considerar a determinadas personas como una marca, que al igual que las marcas comerciales, debe ser elaborada, transmitida y protegida, con ánimo de diferenciarse y conseguir mayor éxito en las relaciones sociales y profesionales. Surgió como una técnica para la búsqueda de trabajo.». ¡Pregúntale cómo le cae esto!
Muy mal, lo sé. Como a cualquiera que trabaje este concepto con un mínimo de seriedad (esto último no aplica a Guillem: la suya es máxima), por la muy profunda y manifiesta debilidad de la formulación enlazada, que ya está fuera de circulación gracias al propio Guillem, quien se encargó de reformularla y ponerla en verdadero valor. Si haces click en el link anterior, encontrarás la nueva y muy bien trabajada versión de esta definición (y todavía pendiente de nuevos desarrollos, según me dijo personalmente hace tres años el propio autor, y estoy seguro de que se prepara para hacerlos). Pero te la he traído al ruedo en su forma anterior y en este momento, por tres razones muy puntuales:
- Constituye un excelente punto de partida para definir y analizar por contraste la marca personal, partiendo desde lo que ella NO ES, y enfocándonos para trabajar el concepto, considerando el tema de este post, en y desde una perspectiva de valor.
- Es preciso seguir aportando y contribuyendo a la clarificación conceptual del tema, puesto que fueron muchísimas las personas que durante varios años se guiaron por lo planteado en la ya occisa «definición», y la incorporaron a documentos académicos que -inclusive- constituyeron salidas evaluativas a titulaciones de grado y hasta de postgrado, en diversos ámbitos geográficos e instituciones universitarias de cierto prestigio. Lo afirmo para poner de relieve la importancia de ESTUDIAR e INVESTIGAR en este campo, tanto o más que en cualquier otro. Y que te conste: a mí me consta absolutamente lo que aquí estoy planteando, y de hecho, sigue sucediendo, pues muchas de las consultas y citas hechas antes del cambio no han sido actualizadas.
- Y por supuesto, para poner en justo valor el relevante aporte que nos ha hecho a todos Guillem, al editar y dar verdadero valor a la definición de marca personal en un medio tan importante, utilizado y bien posicionado como Wikipedia; valoración y ponderación que hasta donde sé, solo hemos efectuado públicamente hasta ahora el Maestro Andrés Pérez Ortega (recuerdo un comentario suyo al respecto) y este servidor. Si alguien más lo ha hecho, yo lo ignoro: le expreso mis más sentidas excusas y le invito a que me aclare al respecto.

Hace algunos años (2016), publiqué en Soymimarca un trabajo donde enfatizo en la importancia de los conceptos como base para toda práctica; y he vuelto una y otra vez sobre ello. Un tema como la gestión de la marca personal, en plena expansión cognoscitiva, de aceptación y de implementación, y que aún confronta ciertas resistencias, requiere un basamento conceptual claro, preciso, bien sustentado, técnicamente correcto e incuestionable, además de accesible y comprensible para el público, tanto el iniciado como el no iniciado. Que todo el mundo pueda saber de forma real y muy clara «de qué va esto», para decirlo a la española. Por eso, entre otras varias razones, es tan importante lo que hizo en Wikipedia el Maestro cuyo hogar digital visito hoy, y también por eso, procuraré dejar tan claro como pueda todo lo que me sea posible precisar y aclarar a nivel conceptual, en el resto del presente artículo.
Considerando mi tema de hoy, en esta zona del texto debo proponerte, como resultado de mis trabajos relacionados con el mismo, una definición inicial de valor que resulte pertinente al mismo en el ámbito de la marca personal, como marco referencial de partida para el breve análisis que te propongo.
A tales efectos, y en este contexto, entenderemos el valor como
«la dimensión contributiva que configura, describe y define favorablemente a una marca personal, o sea, el conjunto de aportaciones y/o soluciones que nacen en -o derivan de- ella: modelos de actuación, imagen referencial, contactos, influencias, relaciones, bienes, servicios, ideas, contenidos, sensaciones, emociones, aprendizajes, retos, oportunidades, colaboraciones, desarrollos varios, y/o cualquier combinación de dos o más de estos u otros elementos, los cuales la convierten en valiosa para quienes reciben y valoran su impacto, a partir de las formas y magnitudes en que tales aportes y soluciones contribuyen a mejorar sus vidas. Dichos beneficiarios posicionan positivamente en sus mentes a esa marca personal a partir del valor que ella les aporta y que constituye, para ellos, el sentido existencial y la esencia misma de la marca en cuestión; el recurso o mecanismo que la hace memorable para sus públicos a partir del beneficio recibido. Si lo que ocurre es la no aportación (ausencia) del valor requerido y potencialmente esperado de ella, todo lo anterior funciona e impacta en sentido negativo y obviamente desfavorable para la marca personal de referencia.
O sea: de modo más sintético y directo, hay valor en todo cuanto aportamos a nuestros públicos desde lo que somos, hacemos y logramos, que constituye o representa para ellos una oportunidad para mejorar algún aspecto de sus vidas, o un recurso de cualquier índole con el cual hacerlo, o ambas cosas a la vez. Y ello se manifiesta en negativo, cuando dejamos de efectuar tales contribuciones» (Estrada, 2019).
Con este marco (que espero esté claro), y a modo de ejemplos, podemos analizar brevemente, desde la perspectiva del aporte de valor, las tres primeras «zonas» del errado concepto antes presente en Wikipedia. Los tres puntos que abordaré aquí –sería muy largo y no tendría mucho sentido hacerlo sobre toda la ya eliminada definición-, serán enfocados desde una perspectiva tan aclaratoria y didáctica como me sea posible; y entre otras cosas, aspiro a que comprendamos que nunca debemos dar por sentado algo, y asumirlo como correcto, solo porque ello aparezca en un determinado espacio de la red, por más prestigioso, consultado y hasta referenciado que este sea. Veámoslos juntos, amigo lector.
Punto Nro. 1:
«Considerar» como una marca.
¿Solo marcamos si otro «considera» que lo hacemos? O sea, que todas las definiciones serias acerca del concepto marca o relacionadas con él están erradas, iniciando por la forma en que el término «marcar» es definido en el Diccionario de la RAE (Actuar sobre alguien o algo imponiéndole carácter o dejándole huella moral), porque al final, solo dejaremos alguna huella en quien quiera y «considere» pertinente que la dejemos.
Es decir: pasemos por la vida por pasar, pues solo importamos e importaremos según el libre arbitrio de quienes nos rodean, y si ellos lo deciden, seremos fantasmas. No hagamos nada para marcar positivamente, no trabajemos para aportar valor, no nos preparemos profesionalmente para lograr desempeños de excelencia y resultados favorables para la sociedad y para nosotros, ni nos esforcemos por tener comportamientos personales genuinos, éticos, decentes, limpios, solidarios, altruistas, bien intencionados y favorecedores de las personas que nos rodean; y sobre todo, olvidemos a Guillem cuando sabiamente nos dice que «si no aportas, no importas«, y también que «si no te importa lo que otros piensen o digan de ti, tampoco te importa tu reputación«, y también que «Nosotros, los humanos no somos importantes, lo importante es lo que podemos hacer por otros humanos«, y por supuesto, también a esa gran profesional y aún mejor persona que es Ylse Roa, cuando nos propone que «con lo que somos, hacemos, y de acuerdo a nuestras actuaciones, logramos impactar a otros seres humanos«…porque al final, dependemos de que el otro DESEE O NO ser marcado por nuestro ser, nuestro accionar y nuestra calidad de logro. ¡Pero por Dios! ¿Y en qué cabeza cupo esto?
Punto Nro. 2:
«Determinadas personas».
O sea, ¿el concepto es excluyente? ¿Qué diría el gran Tom Peters, creador del concepto marca personal como lo conocemos hoy (repito: creador del concepto, NO de la marca personal, que siempre ha existido), quien en el primer trabajo publicado en el mundo sobre el tema, plantea que «la buena noticia -y es en gran medida una buena noticia - es que todo el mundo tiene la oportunidad de destacar. Todo el mundo tiene la oportunidad de aprender, mejorar y desarrollar sus posibilidades. Todo el mundo tiene la oportunidad de ser una marca que vale la pena ser destacada»? ¿O qué diría, por ejemplo, el Maestro Andrés Pérez Ortega, quien nos ha propuesto que «…suele hablarse de Marca Personal cuando surge un personaje famoso, famosillo o una “celebrity” y eso puede hacernos pensar que hace falta tener muchos medios o dinero. Pero no es así. Afortunadamente el Branding Personal está al alcance de la inmensa mayoría de la gente«? ¿O el Maestro Pablo Adán Micó, quien ha declarado que conoce marcas personales anónimas: «…gente con escasa visibilidad, ni ganas de tenerla, pero con fuerte impacto en entornos reducidos. Su grupo de amigos, su familia, sus compañeros de trabajo, la gente de su pequeño pueblo. Tú también los conoces. Son marcas personales anónimas, relativamente anónimas. Pero marcas personales sin duda»? ¿O será, como dice cierto mito ampliamente difundido -y ya bastante aclarado, al parecer-, que «la marca personal solo es para famosos«?
Te propongo y amplío ligeramente un poco de mi pensamiento sobre el tema, desarrollado en el artículo de 2017 enlazado al final de la interrogante anterior:
«Cuando interactuamos de cualquier forma con otros seres humanos, actuamos sobre ellos imponiéndoles carácter o dejándoles huella moral (quinta acepción del concepto marcar según el DRAE, entre otras varias que funcionan para el tema) y a partir de ello, somos y dejamos marca; o sea, somos conocidos, analizados, valorados y reconocidos de uno u otro modo –y luego recordados, eventualmente elegidos, y muchas veces recomendados– a partir de nuestras características, actuaciones y resultados de cualquier índole. Todo lo cual constituye la esencia del concepto, de su valor y de su utilidad práctica; me place muchísimo coincidir en ello con el Maestro Jordi Collell. Y eso puede aplicar (y aplica) para cualquier persona que interactúe con otras personas; es decir, para todos los seres humanos, no solo para aquellos de alta visibilidad pública.». ¿Estamos de acuerdo?
En el propio texto te sustento esta posición mucho más ampliamente; especialmente (y a tono con mi artículo de hoy), desde una perspectiva de aporte de valor. Por ejemplo:
«¿Qué se busca en los famosos? Entre otras muchas cosas, pienso que lo siguiente:
- Las razones que los han convertido en tales.
- Los símbolos portadores y/o representativos de su fama.
- Las formas y trayectos necesarios para ser/hacer/lograr lo mismo que ellos son/hacen/logran para ser famosos.
- La materialización tangible y visible de un nivel «aspiracional» (término aún no aceptado , pero muy utilizado y que se va imponiendo por el uso) que muchos tenemos -deseos, anhelos, sueños, ambiciones, ilusiones, esperanzas-, y que funciona como prueba de que alcanzarlo es posible, puesto que alguien ya lo ha logrado.
En definitiva, sus marcas personales. Y el impacto de ellas. Y el ejemplo o modelo que son/significan en uno u otro sentido, o en varios. Y el modo en que pueda resultar posible ser/hacer/lograr/impactar/trascender como ellos.
¿Y qué se busca en los NO famosos? Por ejemplo:
- La capacidad que pueden tener para entendernos, pues son como nosotros.
- La cercanía vivencial y emocional que nos aportan.
- El soporte que efectivamente pueden darnos (desde una afectividad cercana y/o una experiencia pertinente y compatible) ante las múltiples coyunturas y situaciones de la vida.
- El ejemplo que podemos seguir de alguien que se parece a nosotros y ha resuelto con efectividad un problema como el nuestro (o más de uno).
Igualmente, como ves, sus marcas personales. Y el impacto de ellas. Y el modelo que son/significan en uno u otro sentido, o en varios. Y el modo en que pueda resultar posible ser/hacer/lograr/impactar/trascender como ellos» (fin de la cita).
¿Todo esto, por casualidad, no te suena a VALOR? ¿Aportado de múltiples y diferentes formas, tanto por famosos como por no famosos? Sigamos analizando la broma de mal gusto: solo un aspecto más.
Punto Nro. 3:
«Surgió como una técnica para la búsqueda de trabajo».
Esta es la tapa del frasco; quien escribió esto ni siquiera había leído a Tom Peters acerca del tema. ¡Por Dios!
Pero enfoquémonos en el punto: ¿Es la marca personal una técnica? ¿O es más bien una consecuencia social del modo en que hemos hecho las cosas, y/o una huella derivada de los resultados que hemos alcanzado, y/o un resultado intencional obtenido gracias -entre otras diversas cosas- al uso consciente de diferentes técnicas? Retornemos al Diccionario de la RAE (como ya vimos antes, marcar significa «actuar sobre alguien o algo imponiéndole carácter o dejándole huella moral«), para no irme ahora a las definiciones especializadas que tantos autores han propuesto. Más adelante verás enlaces a muchas de ellas.
Y en este momento retorna al ruedo la categoría alrededor de la cual gira este trabajo: el valor. ¿Cómo y con base en qué es generada en quienes nos rodean esa huella que hace que nos quedemos en sus mentes de uno u otro modo?
Pues de una de estas dos formas: aportando valor, o dejando de aportar el que se supone debíamos haber aportado. Ni más, ni menos.
Por otra parte, hace bastante tiempo que la inmensa mayoría de los autores serios sobre este tema coinciden en un hecho elemental y básico, que quiero reiterarte: la marca personal es un concepto, que como tal surgió en 1997, pero refleja una realidad que siempre ha existido. Te tengo unas breves precisiones al respecto, con base en tres «sencillos y poco conocidos» ejemplos, y una pregunta acerca de ellos:
- ¿Qué viene a tu mente cuando lees o escuchas los nombres de Jesucristo, Gandhi y Einstein?
- ¿Cuál «empleo» buscaba Jesucristo? ¿Y Gandhi? ¿Y Einstein?
- ¿Y acaso alguien duda (o puede acaso dudar) de la potencia, el impacto y la trascendencia de esas marcas personales?
Entonces, queda claro que esto rebasa ampliamente el contexto laboral y la búsqueda de trabajo: son muchos los ámbitos en que se puede manifestar el aporte de valor de una marca personal. Y lo son también los motivos y caminos a través de los cuales ella puede trascender; te sugiero al respecto revisar mi trabajo La trascendencia de la marca personal, publicado en LinkedIn.
Suficiente, ¿verdad? ¿Te queda claro lo grande y necesario del aporte de Guillem, al reelaborar la definición de marca personal en Wikipedia?
Resumiendo el análisis
Hasta aquí, amigo lector, mi mirada analítica y crítica a algunas partes de un concepto erróneo sobre la marca personal, que por suerte (gracias a Guillem) ya no podrás volver a ver en línea. Y la idea final que te propongo luego de este análisis es la siguiente: nunca, nunca, NUNCA te adscribas a una única definición de nada. ¡Porque nadie, nadie, nadie tiene la verdad absoluta sobre ningún tema!
Y por si tú eres o aspiras a ser formador, considerando la índole informativa y referencial del espacio donde ella aparecía, y donde hoy aparece otra muy pertinente y bien enfocada que seguramente ya está y seguirá siendo consultada por muchas personas, te dejo el enlace a una obra en la cual puedes aprender a utilizar Wikipedia para fines docentes; porque Wikipedia es una fuente sumamente poderosa que debemos saber utilizar, un excelente recurso informativo y bibliográfico al que el prestigioso profesor y experto Dr. Enrique Dans califica con plena razón como «la mayor y mejor enciclopedia creada por el hombre en base a la edición colectiva en un entorno abierto«. ¡Espero que te sea útil!
Vistos estos elementos, y para que puedas contrastar lo anterior con una serie de abordajes sólidos, diferentes y diversos sobre el mismo tema, te propongo que hagas un acercamiento al excelente post en el cual nuestra gran Eva nos ofrece unas treinta definiciones del concepto marca personal, y a otro trabajo un poco más reciente, continuación del anterior, donde nos recopila otras cuarenta; cada una de las 70 definiciones es contentiva de la visión de un determinado autor acerca del tema, con cuyo estudio puedes ampliar y profundizar muchísimo tu manejo del mismo, ya sea que coincidas o no con la forma o el contenido de una u otra propuesta. Y por supuesto, te propongo a continuación mi propia mirada al respecto, incorporándole de forma explícita una perspectiva de valor:
«La marca personal es la huella que queda en el entorno humano y social de una persona, a partir del valor que ella le aporta (o de su ausencia; recordemos que la marca personal no siempre ni necesariamente es positiva) integrando lo que es, lo que hace y lo que logra, generando con todo ello un determinado impacto sobre esos seres que le rodean e interactúan con ella de múltiples formas en sus diversas esferas de vida; y eventualmente, logrando trascender su tiempo y su espacio gracias a todo ello, convirtiéndose dicha marca en un legado sustentado en sus aportes de valor a quienes le han rodeado durante su vida, o en diferentes etapas y momentos de ella.».
¿Te funciona? ¿Por qué sí, o por qué no? ¡Debatamos al respecto, para crecer juntos!
A modo de conclusión
Amigo lector:
Para mí ha sido una oportunidad divina y un honor incomparable poder proponerte hoy mis ideas desde el prestigioso hogar digital de mi querido amigo y modélico colega, el Maestro Guillem Recolons. Ojalá te decidas a conversar conmigo y con él acerca de los temas y conceptos que aquí he abordado, y a compartir el artículo en tus redes si consideras que puede resultar valioso para alguien más.
Te anuncio que este proyecto #ColaborandoConGuillem continúa su marcha semana tras semana, hasta que sea necesario. Te ruego el favor de difundir este hashtag, y te invito a esperar el próximo domingo la siguiente contribución al mismo, también desde tierras latinoamericanas: un entorno donde Guillem ha sembrado mucho y donde siempre cosechará mucho.
Recibe como siempre el más cálido y cordial brand/abrazo, desde mi Caribe que amo.
Siempre tu amigo,
Aquí tienes una versión resumida en el podcast Todo Deja Marca, episodio 66, en esta ocasión locutado por Helena Casas y de nuevo con la edición de Celestino Martínez. Gracias por vuestra contribución Vladimir, Helena y Celestino. Escúchalo en iVoox, Apple Podcast o Spotify.
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Docente desde 1984. Profesor universitario desde en las áreas de Administración, Educación, Psicología Organizacional y Comunicación Corporativa, a nivel de grado, postgrado y educación continuada. Consultor gerencial, académico y político. Asesor de Branding Personal. Comunicador. Trabajo como docente para la Universidad ISA (Santiago de los Caballeros), donde imparto desde 2012 la materia Comportamiento Organizacional. Asesoro y evalúo Trabajos de Grado, Monográficos, Tesinas y Proyectos hasta el nivel de Maestría, y corrijo textos diversos en el ámbito organizacional y académico.
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