Reproduzco parcialmente el artículo aparecido en el diario Expansión ¿Quién ganará la guerra de generaciones y tecnología? publicado por Tino Fernández hace pocas horas y en el que participo junto a Andrés Pérez Ortega y Jorge Cagigas, y en que se habla sobre mentoring sobre RRSS (redes sociales) en la empresa.
¿Quién ganará la guerra de generaciones y tecnología?
Jóvenes mentores que ayudan a profesionales senior a superar el abismo tecnológico… La escena es cada vez más común en las compañías, pero genera conflictos más graves que el problema que pretende solucionar.
¿Qué hacen unos cuantos jóvenes expertos en tecnología y redes sociales enseñando a sus jefes o a otros profesionales senior la importancia y el uso de tales herramientas? Cada vez más empresas confían en esta especie de mentores a la inversa para que los miembros de la generación Baby Boomer y algunos de la Generación X superen el abismo tecnológico.
Sin embargo, este mentoring intergeneracional no siempre funciona: los senior –quizá avergonzados por su falta de cultura tecnológica– intimidan a muchos de estos jóvenes aparentemente inexpertos en cuestiones de empresa que dan clases de tecnología. En este sentido Andrés Pérez Ortega, consultor en posicionamiento personal, explica que «si la relación se reduce a un simple intercambio de conocimientos técnicos y, además, una de las partes se siente amenazada, no sólo no se va a producir una conexión sino que puede acabar en un enfrentamiento. Lo importante no es plantearlo como una relación alumno-profesor sino como colegas o socios, y entender que ambos tienen algo que ganar».
Pérez cree que «cuando dos profesionales se ofrecen apoyo se produce una conexión más fuerte que la que existe habitualmente entre compañeros. Ese vínculo, especialmente cuando se establece con alguien recién incorporado a una empresa, deja una huella profunda. Podría decirse que esas relaciones de dos personas que se apoyan en un entorno hostil quedan para siempre en la memoria».
El experto en posicionamiento personal recuerda que lo habitual hasta ahora era que los más veteranos se encargasen de explicar a los novatos los entresijos y las leyes no escritas de la profesión y de la empresa: «Hoy es más fácil conocer lo que ocurre porque la información fluye más rápidamente y eso ha perdido algo de valor. Sin embargo, ahora parece que son más importantes las técnicas y las herramientas; por eso los mentorizados se convierten en mentores o, algo mejor, se produce un intercambio de información (lo proporcionan los veteranos) por aprendizaje (lo facilitan los jóvenes)».
Pérez considera que «además de la conexión emocional, se produce un efecto de respeto o de posicionamiento de experto. Aunque seguro que hay gente más preparada técnicamente, la persona que te apoya y te enseña deja una huella profunda y se posiciona como el que sabe. Esa reputación puede tener consecuencias positivas a largo plazo porque cuando se necesite a ‘un profesional de’, la decisión será mucho más fácil y evidente».
Jerarquía
Jorge Cagigas, socio de Epicteles, afirma que en esta guerra de generaciones lo que más cambia es la jerarquía, y cómo las generaciones entienden la autoridad: «Es un modelo en el que ésta se basa en el dominio de algo y no viene impuesta desde arriba. Son los demás los que te reconocen esa autoridad en un determinado aspecto».
Guillem Recolons, socio de Soymimarca, reconoce que «el mentoring de redes sociales en las empresas se está convirtiendo en una práctica común en estos años. Las organizaciones entienden que sus mejores embajadores de marca son sus profesionales, y aquellas compañías que habían censurado la conexión a determinadas redes sociales a sus empleados se dan cuenta de que es peor el remedio que la enfermedad».
Recolons recuerda los datos del Barómetro Edelman Trust de 2013 que asegura que «los profesionales puntúan más alto en confianza pública que el departamento de relaciones públicas, el presidente o el fundador de la compañía». Ese mismo barómetro apunta que un 41% piensa que los empleados son la fuente de información más creíble cuando hablan de su empresa.
En esta situación, Recolons afirma que «se plantea una disyuntiva: o arrancamos un mentoring sobre redes sociales o nos caemos. Pero esto tiene sus riesgos: el primero es la desconfianza por parte de aquellos que no pertenecen a la generación digital y que han sido los últimos en adaptar un smartphone o en utilizar, por ejemplo, Whatsapp. El segundo, más grave, es que la mayor parte delmentoring es táctico, y eso puede llevar a la compañía a sufrir ciertos problemas de reputación».
Foto: Licencia CC por Saad Faruque

Convencido de que todo deja marca, ayudo a empresas a conectar mejor con sus stakeholders a través de programas de personal branding (gestión de marca personal) y employee advocacy (programas de embajadores internos de marca).
Socio de Soymimarca e Integra Personal Branding, Brand Director de Omnia Branding, también colaboro con Ponte en Valor, Brandergizers, MoreThanLaw, Noema Consulting y Quifer Consultores.
Participo en diversos programas en IESE, ISDI y EAE, entre otras. Publicitario colegiado, Master en Marketing. Estudiante del grado de Humanidades.
Mi ADN publicitario viene de 20 años en agencias: Tiempo/BBDO, J.W.T., Bassat Ogilvy, Saatchi & Saatchi, Altraforma y TVLowCost entre otras.
Amigo Guillem, nada más lejos de la realidad.
Hablo por experiencia propia, y es que existe una resistencia si o si. Esa es la que hay que vencer. Tu mentorado debe darse cuenta de que lo que vaya a aprender es beneficioso para él y para la empresa.
Si un mentor tán solo transmite conocimiento tecnológico unidireccionalmente, se da el caso descrito. Si le ayudas a aprender escuchandole, se crea esa atmosfera que se intenta bucar en lo que describes.
El mentorado nunca te tiene que catalogar como el que sabe más, sino el que me ayuda a saber más. Y cómo se realiza, aah señor, eso es otro cantar!!
Con tu permiso intentaré dar algun razonamiento más en mi blog, por su puesto mencionandoles a ustedes ;)
https://jorditorregrosa.es/puede-ayudar-un-mentoring-en-mi-empresa/
Saludos