Si no aportas, no importas

Introducción

En el fondo, todos somos como un iceberg

Autoconocimiento

Autoconocimiento

Estrategia Personal

Estrategia Personal

Visibilidad

Visibilidad

Biológicamente, todas las personas nacemos hembras. A partir de las 6 semanas de gestación, algunos embriones se revelan gracias a un gen alojado en el cromosoma “Y”, donde la testosterona interviene para cambiar el sexo hacia el masculino en algunos de los casos. Pero aunque es cierto que neuro-biológicamente existen diferencias entre hombres y mujeres, hay algo que nos une desde edades muy tempranas: Nos es más fácil valorar a los demás que a nosotros mismos.

 

Aunque un iceberg esté tan unido a la idea del naufragio del Titánic o al deshielo del efecto invernadero, su estructura parece el mejor símil para explicar un proceso de marca personal (personal branding). 

 

Como es sabido, la parte visible de un iceberg apenas representa un 20% del total de su masa. Y eso nos pasa a las personas. Nos conocemos poco. Nos conocemos poco a nosotros mismos y conocemos poco a quienes nos rodean. Lo que se ve de uno mismo representa una parte incompleta de su todo.

 

En el iceberg, la mayor parte de la masa permanece sumergida. En la base de marca personal reside el autoconocimiento, la capacidad de entender quiénes somos, de qué tenemos fama, qué marca proyectamos (nuestra verdadera marca personal es eso mismo) y cuáles son nuestras habilidades y competencias

 

autoconocimiento

 

Cuando somos conscientes de esa parte, somos capaces de emerger ligeramente, aun sin salir a la superficie, para elaborar nuestra estrategia personal. ¿Dónde nos gustaría estar en 3, 5 o incluso 10 años? No es una pregunta baladí. Lo habitual es ignorarlo, pero más por no habernos hecho la pregunta que por el hecho de haberla planteado y haber rehuido la respuesta.

 

Una estrategia personal no es muy diferente de un plan de negocio. Misión, visión, valores, objetivos personales, definicion de los mensajes y de la “oferta” clave, elementos diferenciales, públicos objetivos, posicionamiento… ¿Dónde está la diferencia respecto a una empresa o marca comercial? En la extraordinaria dimensión de la marca personal: es para siempre, es humana y es tuya. 

 

Muchas marcas comerciales desaparecen. Fusiones, adquisiciones, absorciones, quiebras han provocado que muchas marcas presentes en nuestra infancia hayan desaparecido para siempre. Pero nuestra marca personal, que podría desaparecer con nosotros, deja estela, una larga estela. Todo dependerá de hasta qué punto hayamos sido capaces de crear algo diferencial, exclusivo, notorio y relevante. Es el legado de marca

Si ya tenemos clara nuestra estrategia, necesitamos aflorar hacia la superficie del iceberg, dejarnos ver. Ya estamos preparados para emerger. Llega el momento de hacernos visibles, de explicar al pequeño mundo que hemos elegido quiénes somos y qué podemos aportar, cuál será nuestra propuesta de valor. La comunicación personal es todo un arte, y utiliza herramientas clásicas como la publicidad, la asistencia a actos, la participación en diarios, revistas, emisoras de radio o TV, y utiliza herramientas surgidas del entorno online, la revolución y democratización de la comunicación.

Así, resumiendo el iceberg, disponemos de tres etapas de trabajo: autoconocimiento, estrategia y visibilidad.

visibilidad personal

 

Pero por fácil que pueda parecer un manual de personal branding como este, lo cierto es que la gestión de marca personal no es un círculo cerrado, es una línea continua. Si has decidido reforzar tu marca personal acabas de adquirir un compromiso de por vida: el de invertir en ti en base al valor que aportarás a tu comunidad, a tus grupos de interés (stakeholders)

 

En tu maleta de valores no podrá faltar la Autenticidad, la esencia de tu marca, la Diferencia, aquello que te hace inimitable, y la Relevancia, aquello que te convierte en una persona valiosa. Pero además tendrás que ser fiel a tus superpoderes (valores) que te han acompañado desde tu infancia, son los que configuran tu personalidad.

 

Con “Si no aportas, no importas” tendrás en tus manos un método, pero nada queda más lejos de la intención del autor que modificar conductas o valores. El libro solo quiere ordenar algo que posiblemente ya pase por tu cabeza: la conveniencia de entender que todo deja marca, y nosotros también. Tenemos la capacidad de influir en los demás para que perciban nuestro valor, para que salgamos elegidos en un proceso, para estar en la primera línea de la preferencia. Y recuerda la clave del libro: tu capacidad de aportar valor determina tu futuro. 

 

Te doy la bienvenida a este viaje de unos días que –espero- tendrá consecuencias que irán más allá.