Es algo muy común. Este escrito es para ti si te apellidas Rodríguez, o Fernández, González, López, Martínez, Sánchez, Pérez, Gómez, Jiménez, Hernández, Álvarez, Gutiérrez, Domínguez, Ramírez, Vásquez, Suárez, Núñez, Méndez, Márquez, Diez, Giménez, Ibáñez, Benítez, Rupérez, Diéguez, Velázquez, Vélez, Íñiguez…
Lo cierto es que si tu apellido acaba en “EZ”, no es fácil diferenciarte, no es fácil que te encuentren. Y aquí te daré algunas claves para destacar con un apellido muy usual.
Aquí tienes un «teaser» de un mínuto en vídeo.
Escúchalo en el episodio 131 del pódcast Todo deja Marca en iVoox, Apple Podcast, Spotify o Google Podcast.
El origen de EZ
Como ya sabes, el sufijo “EZ” en castellano significa “hijo de”, al igual que en inglés utilizan el “son” (Robinson como hijo de Robin). Martínez es “hijo de Martín”, González es “hijo de Gonzalo”…
No está claro el orígen del sufijo “EZ”. Algunos creen que se trata de una forma del genitivo latino ‘is’, con significado de “posesión” o “pertenencia».
Otros argumentan que ‘ez’ ya se utilizaba en Navarra en los siglos VIII y IX. De hecho, García Íñiguez era el nombre del rey de Navarra que, en 851, sucedió a su padre, de nombre Íñigo.
En Portugal el sufijo empleado para “hijo de” es “ES”, posiblemente una evolución del “EZ” español.
El caso es que la fórmula se extendió muy rápidamente en la península ibérica, hasta el día de hoy, en que 8 de los diez apellidos más comunes acaban en “EZ”. El primero es “García” con cerca de un millón y medio de personas, y el décimo es “Martín”
En América Latina, los apellidos más comunes son Hernández (México y El Salvador), López, (Guatemala y Nicaragua), Rodríguez (Colombia, Cuba, República Dominicana, Venezuela, Panamá, Costa Rica y Uruguay), Martínez (Honduras), González (Argentina, Chile).
Escenario 1: Hay alguien famoso que se llama exactamente igual que tú
Es frecuente. Si alguien tiene su nombre de marca personal muy bien posicionado en Internet, muy arraigado, tenemos un problema y hay que actuar. Necesitas diferenciarte.
Como regla general, siempre es recomendable utilizar los dos apellidos, eso ayuda.
Tienes varias opciones:
- La que más me gusta, es muy efectiva y la que menos te afectará: Colocar un guion entre tu primer apellido y tu segundo apellido, como si se tratara de un apellido compuesto.
- Por ejemplo: Patricia Rodríguez-Alvarado, Pilar Ruiz-Rosas, Eva Vila-Massanas, Manuel Fernández-Villaverde.
- No necesitas ir al registro civil ni nada de eso, es una mera “licencia digital”, pero funciona.
- Negociar con la familia y utilizar los apellidos del padre o la madre con guion en medio:
- Por ejemplo: Paula Fernández-Ochoa
- Se utiliza cuando se quiere preservar la memoria de alguien que dejó marca
- Prescindir del primer apellido o cambiarlo por el segundo, a la portuguesa. En el fondo, tiene sentido, no suele haber dudas sobre la madre.
- Utilizar la creatividad. Buscar un nickname o un refrito de apellidos
- Por ejemplo, en caso de llamarte García García, utilizar “Dosgarcías”.
Escenario 2: No hay nadie famoso, pero centenares de personas comparten el mismo nombre y apellido
Aquí las estrategias pueden diferir. Por supuesto puedes emplear las anteriores, pero aquí un objetivo viable sería que tu nombre de marca personal sea más fuerte y esté mejor posicionado Internet.
Opciones:
- Crea una web/blog con tu nombre (si está libre) y mantenlo activo
- Eso ayudará a posicionar tu nombre con autoridad
- Ejemplos: andresperezortega.com, evacolladoduran.com
- Genera actividad en 3 redes sociales, con el mismo nombre de usuario
- Eso complementa lo anterior
- Recuerda que la clave es publicar con cierta frecuencia
- Crea cuentas en Pódcast, directorios profesionales, con tu nombre, escribe ebooks o libros
- Un libro es un acelerador de posicionamiento digital imbatible
- Sé colaborador habitual en prensa, radio, TV
- No es necesario que sean canales nacionales, lo puedes hacer con canales locales y el resultado será similar.
Escenario 3. No, no quiero que me encuentren
Bueno, si te llamas García Rodríguez, lo tienes fácil, pero por regla general, no pienses que es fácil desaparecer en Internet. Hasta cuando mueres tu nombre se hará público en un medio digital.
No puedes controlar del todo tu marca personal, porque depende de lo que piensen y digan de ti los demás. A veces, sin que te enteres, te crean una imagen pública en Internet.
Cuando doy cursos sobre marca personal en empresas, les pido a los participantes que se busquen en Google, para que vean cómo son vistos online. Muchos se quedan sorprendidos con la cantidad de cosas que salen sobre ellos, o sobre otros que se llaman igual.
Hoy, es mejor tener una buena presencia en las redes que intentar no estar en ninguna parte. Te gusta el running, te apuntas a una carrera, y ya la has liado: tu nombre saldrá (si no lo evitas antes) en una web de runners o algo así. De todas formas, hay cosas que puedes hacer para ser invisible en Internet:
- Dile a tu gente: que no te mencionen, ni te etiqueten, ni nada en Internet o redes sociales.
- Sé como un espía. No uses tarjeta para pagar nada, usa dinero cash. En Internet usa el modo incógnito, no uses Chrome. Usa un móvil antiguo, sin Internet, ni GPS ni nada.
- Conéctate a Internet desde ordenadores públicos, de cafeterías, hoteles…
- No tengas cargos en empresas, instituciones, cooperativas, ni nada que sea público (que salga en documentos oficiales).
- Sé previsor. Antes de apuntarte a cualquier sitio (una clínica, un gimnasio, una universidad…), di claramente que no quieres que tus datos entren en su base. Te costará trabajo, pero es tu derecho.
- Esta es importante: no seas bueno en NADA de NADA. Si eres un crack, saldrás en la Wikipedia, te nombrarán en los periódicos, en todos lados. Tu nombre propio te impedirá toda discreción.
Si tu apellido acaba en EZ, y quieres más información
Este es mi cuarto artículo dedicado a “naming”, la importancia de nuestro nombre como primer identificador de nuestra marca personal.
Si quieres entrar en más detalle, te invito a visitar los otros tres artículos:
- La putada de llamarse García (1), del 3 de junio de 2012
- La putada de llamarse García (2), del 12 de agosto de 2012
- La putada de llamarse García (3), del 4 de junio de 2017

Convencido de que todo deja marca, ayudo a empresas a conectar mejor con sus stakeholders a través de programas de personal branding (gestión de marca personal) y employee advocacy (programas de embajadores internos de marca).
Socio de Soymimarca e Integra Personal Branding, Brand Director de Omnia Branding, también colaboro con Ponte en Valor, Brandergizers, MoreThanLaw, Noema Consulting y Quifer Consultores.
Participo en diversos programas en IESE, ISDI y EAE, entre otras. Publicitario colegiado, Master en Marketing. Estudiante del grado de Humanidades.
Mi ADN publicitario viene de 20 años en agencias: Tiempo/BBDO, J.W.T., Bassat Ogilvy, Saatchi & Saatchi, Altraforma y TVLowCost entre otras.
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